El sistema
hormonal y el sistema nervioso, ambos sistemas nos permiten elaborar respuestas
adecuadas a los cambios que se
producen en el organismo y fuera de él. Los seres humanos disponen de
mecanismos que les permiten captar los cambios que se producen en el medio
y elaborar
respuestas adecuadas a dichos cambios.
Los animales captan la información del medio externo e
interno mediante estímulos,
que en realidad no son más que formas de energía. Los receptores se
llaman así porque son los encargados de recibir estos tipos de energía. Se
llama ESTÍMULO a cualquier cambio producido en el medio (interno o externo) que
puede ser captado por un receptor. Ej. Ruido, descenso de glucosa en la sangre.
1.
LOS RECEPTORES

Un
receptor es una estructura capaz de
detectar los cambios que se producen tanto en el
medio externo como en el interno. Su finalidad es captar los cambios no valores
absolutos. Detectan todo cambio que supere un 2% de la cantidad original.
Por ejemplo la mano es capaz de
distinguir una carta que pese 50 gr de otra que pese 45gr, pero si estuviésemos
soportando un peso de 5 kg , no notaríamos la adicción de un peso de 30 gr, es
necesario, por lo menos un cambio de 100 gr para que se perciba la diferencia.
Los
receptores sensoriales están formados por células modificadas que responden a diversos tipos de estímulos,
mediante la producción de potenciales de
acción que conducen al sistema nervioso donde se interpretan.
En algunos casos las células
receptoras se acompañan de otras estructuras secundarias, formando un órgano
sensorial. Por ejemplo el ojo humano, las células receptoras son los conos y
los bastones de la retina, y las estructuras secundarias son el cristalino, la
córnea, el iris, etc. las estructuras secundarias generalmente incrementan la eficacia
de los receptores.
Los receptores transforman los
diferentes tipos de energía (lumínica, mecánica, química, etc) en energía
eléctrica (impulso nervioso). Cuando un receptor es excitado por un estímulo
transforma esta información en un impulso nervioso que es transmitido a una
neurona. Esta después lo transmite a un centro nervioso a través de los
nervios.
Existen dos
tipos de receptores:
a)
Externos: se
encuentran en la superficie del cuerpo y captan la información del medio
externo. Normalmente se agrupan formando órganos de los sentidos.
b)
Internos: están
repartidos por todo el cuerpo, en los músculos y en los órganos e informan
sobre el funcionamiento de los órganos internos.
Cuando
te pones ropa muy ajustada, habrás observado que al cabo de un cierto tiempo ya
no la notas, esto es debido a que existen receptores, como los de la presión y
el olor que dejan de mandar impulsos cuando sobre ellos actúa un estímulo
constante y uniforme. A éste fenómeno se le denomina adaptación.
Codificación sensorial y percepción.
La acción última de los estímulos es originar potenciales de acción, que son
idénticos. El encéfalo distingue los diferentes tipos de estímulos en función
de la zona a donde llegan los potenciales de acción. (ejm. Todos los que llegan
al lóbulo occipital serán interpretados como estímulos lumínicos, los que
llegan al lóbulo temporal , como sonoros, etc...).
Pero no siempre somos conscientes de los estímulos que recibimos. Para que
los mensajes transmitidos por los receptores produzcan sensaciones
conscientes (percepción) , es necesario que los potenciales de acción
alcancen la corteza cerebral. Somos conscientes de cualquier estímulo que
afecta a los órganos de los sentidos (vista, oído, tacto , etc.) pero no
sabemos si aumenta nuestra presión sanguínea, a pesar de que en el cayado de la
aorta hay receptores muy sensibles a las variaciones de presión de la sangre.
Esto se debe a que los impulsos nerviosos que generan no alcanzan la corteza
cerebral.
Tanto las percepciones olfativas como las gustativas se transmiten por los
nervios craneales directamente hasta el cerebro. Las señales olfatorias de los
bulbos olfatorios pasan por el nervio olfatorio y llegan a una parte de la
corteza situada en el lóbulo temporal.

2. TACTO
La piel es el mayor órgano del cuerpo humano. Es un elemento protector cuya superficie (epidermis) se renueva constantemente. Por debajo subyace la dermis, rica en vasos sanguíneos y receptores sensoriales.
El sentido del tacto se debe a
receptores sensoriales microscópicos situados en la piel o en tejidos más
profundos. Son receptores de distintos tamaños y formas que detectan distintos
estímulos como contactos suaves, calor frío, presión y dolor y transmiten sus
señales a través de la médula espinal y del encéfalo inferior hasta una tira
curvada en torno a la corteza cerebral , denominado córtex somatosensorial.
La piel posee receptores que reciben
el nombre general de sentido del tacto. Existen cinco tipos responsables de la sensación de contacto (roce ligero y momentáneo), presión (contacto sostenido y de mayor
intensidad), dolor,
calor y frío.
Los de contacto y presión se denominan mecanorreceptores y se encuentran principalmente en las yemas de los dedos, labios y piel de
la espalda.
Los de
dolor,
nociceptores, responden a estímulos mecánicos,
químicos y térmicos
de gran intensidad que pueden provocar daños en los
tejidos. Esto quiere decir que responden a sensaciones extremas de presión,
temperatura y sustancias químicas liberadas al dañarse las células. Transmiten
al cerebro la sensación e intensidad del dolor. El dolor procedente de la piel
es de fácil localización pero el de las vísceras se siente en lugares alejados
del órgano afectado.
En cuanto a los de calor y frío, termorreceptores, son más abundantes los de
frío que los de calor.
En el mapa están representadas todas las partes
del cuerpo en función de su importancia relativa para nuestro sentido del
tacto. Así, dedicamos muchos más recursos cerebrales a la cara (especialmente a
los labios y la lengua) y las manos que a otras zonas del cuerpo como la
espalda o los pies. Si reconstruyésemos nuestro cuerpo en función del
territorio cortical que ocupa cada parte el resultado sería ciertamente
grotesco.
Además, estos mapas son plásticos, es decir, pueden cambiar a lo largo de
la vida dependiendo de la experiencia y el aprendizaje; y sus bordes son
difusos, por ejemplo, en la frontera entre la representación de la cara y la de
las manos, las células cerebrales reciben información de ambos sitios.
La existencia y estructura de estos mapas condiciona de forma clara nuestra
percepción de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.
- Los corpúsculos de
Meissner, nos permiten identificar la forma y
tamaño de los objetos, así como diferenciar lo suave de lo áspero.
- Los corpúsculos de
Pacini son los que determinan el grado
de presión que sentimos; nos permiten darnos cuenta de la consistencia y peso
de los objetos y saber si son duros o blandos.
- Los corpúsculos de
Ruffini perciben los cambios de temperatura relacionados
con el calor –nuestra temperatura normal oscila entre los 36 y los 37 grados.
Especialmente sensible a estas variaciones es la superficie o cara dorsal de
las manos.
- Los corpúsculos de
Krause son los encargados de registrar
la sensación de frío, que se produce cuando entramos en contacto con un cuerpo
o un espacio que está a menor temperatura que nuestro cuerpo.
3. GUSTO.

El gusto funciona de un modo similar
al olfato. Sus células receptoras, agrupadas en las denominadas papilas
gustativas, detectan sustancias específicas disueltas en la saliva. Un niño
tiene unas 10.000 papilas gustativas, pero con la edad su número se reduce a
menos de 5.000. Éstas papilas se situan en y entre las protuberancias que
tapizan la superficie superior de la lengua, aunque también hay en el paladar,
la garganta y la epiglotis.
Los receptores
del gusto se encuentran en las papilas gustativas de la lengua,
aunque también están en el paladar y en la faringe. Sólo existen
receptores para cuatro tipos de sabores: dulce, salado, ácido (agrio) y amargo, que
se localizan en lugares concretos de la lengua. La combinación de estos cuatro
sabores da lugar a la gama de gustos que se detectan al comer. El sentido del gusto
es útil porque estimula las glándulas del estómago a fabricar jugo gástrico y
prepararse para la digestión del alimento. Además, muchas sustancias venenosas
y comidas en mal estado tienen un sabor desagradable, amargo o ácido, que nos
previene y nos evita su ingestión.
El Sentido del Gusto, ¿Cómo Funciona?
4. OLFATO.

Al igual que el gusto , el olfato es
un sentido químico, es decir, detecta sustancias químicas. Se encuentra en el
epitelio olfatorio, un tejido especializado situado en el techo de la cavidad
nasal, que detecta moléculas que flotan en el aire. En el ser humano el olfato
es mucho más sensible que el tacto y se pueden distinguir más de 10.000 olores.
Además de avisar sobre peligros como el humo o los gases tóxicos, el olfato
contribuye de un modo importante a apreciar comidas y
bebidas.
El sentido del olfato tiende a
deteriorarse con la edad y de ahí que los niños y los adultos jóvenes sean
capaces de distinguir una gama más extensa de olores y de percibirlos con mas
intensidad.
La
sensación del olor se produce cuando determinadas sustancias que están en
suspensión estimulan receptores específicos, asociados tanto a la alimentación
como a estímulos ligados al comportamiento (reproducción, marcaje del
territorio, caza…).
Los receptores
del olfato se localizan en la cavidad nasal y sólo se
estimulan por partículas volátiles en estado gaseoso. La cavidad nasal tiene
doble función: respiratoria y órgano olfativo. Las fosas nasales presentan dos
orificios para la entrada de aire y se comunican con la cavidad bucal. En ellas están los cornetes nasales que producen
invaginaciones tapizadas por una mucosa que tiene la función de filtrar,
humedecer y calentar el aire. En la parte superior de esta mucosa se localizan
los receptores, por eso se le llama Mucosa olfatoria. Las moléculas
transportadas por el aire contactan con la mucosa olfatoria. El mucus difunde
estas moléculas hasta los cilios de las células receptoras. Los estímulos son
recogidos por el bulbo olfatorio y transmitidos a los centros nerviosos.
En la degustación de los alimentos intervienen ambos
sentidos ya que, al masticar la comida, millones de moléculas volátiles se
desprenden y pasan a la cavidad nasal donde excitan las células olfativas.
Fisiología - Olfato ¿Cómo percibimos y diferenciamos olores?
Alteraciones del olfato

5. VISTA
Partes del Ojo Humano y sus Funciones
Sentido de la vista
Conoce tu visión

La vista proporciona al cerebro más información
que todos los demás sentidos juntos. Cada nervio óptico contiene un millón de
fibras nerviosas, y se estima que más de la mitad de la información de la mente
consciente entra a través de los ojos.
El ojo es el órgano que permite el
sentido de la vista. Se trata de un globo esférico que contiene líquidos (humor acuoso y vítreo)
que le dan forma al ojo. Está formado por:
-
globo ocular
-
órganos
anejos: cejas, párpados, glándulas lacrimales y pestañas

En la estructura del globo ocular se distinguen tres membranas:
·
Esclerótica: capa más externa blanca y opaca, excepto en
la parte anterior, que es donde se encuentra la córnea transparente.
·
Coroides: capa oscura situada debajo de la esclerótica.
Por detrás de la córnea, la coroides es sustituida por el iris, un disco
muscular que controla la apertura del orificio de la pupila. El iris tiene un color característico en cada persona
y está formado por fibras musculares cuya contracción permite la apertura o cierre de la
pupila. Detrás de ésta está el cristalino, un órgano transparente con
forma de lente.
·
Retina: capa donde se encuentran fotorreceptores
(receptores que captan la luz) que pueden ser de dos tipos: conos y bastones. Los conos se estimulan
por las diferentes longitudes de onda, es decir, por los colores, y constituyen
lo que llamamos la "visión diurna" (los colores sólo los distinguimos
de día y durante la noche vemos en blanco y negro). Los bastones se estimulan por
las distintas intensidades de luz, es decir, los brillos, y constituyen la
"visión nocturna", la que permite ver algo por la noche. Los axones
de las células de la retina forman el nervio óptico que parte del punto ciego
de la retina (zona donde no hay receptores de la luz).

La visión se produce de la siguiente manera:
La luz atraviesa la córnea
transparente y entra por la pupila; el iris actúa como un diafragma, regulando
la cantidad de luz que entra. En la retina se forman las imágenes, gracias al
cristalino, que actúa como una lente que enfoca los objetos. La imagen que se forma en la retina es
idéntica a la que se forma sobre la película del interior de una cámara
fotográfica, es más pequeña que el objeto real y está invertida. Ésta contiene
más de 120 millones de conos y 7 millones de bastones, células que convierten
la energía luminosa incidente en señales nerviosas.
La mayor o menor nitidez con que
veamos un objeto depende de cómo enfoque nuestro cristalino la imagen sobre la
retina, abombándose más o menos. La córnea proporciona la mayor parte de la
potencia del enfoque del ojo al hacer que converjan las ondas luminosas, lo que
permite un enfoque más preciso en la retina. El ajuste fino lo realiza el
cristalino, que cambia de forma por la acción del músculo ciliar, cuando el
músculo se contrae el cristalino se abomba, lo que añade potencia de enfoque
para que converjan las ondas luminosas de los objetos próximos, cuando se
relaja, el cristalino se aplana.
La información recibida es llevada a
través del nervio óptico al cerebro. Las señales nerviosas de los nervios
ópticos derecho e izquierdo convergen en la base del cerebro en un cruzamiento
denominado quiasma óptico antes de dirigirse hacia el córtex visual. En el quiasma
óptico, las fibras que transportan señales del lado izquierdo de cada retina se
unen y prosiguen por el cordón óptico izquierdo hasta el córtex visual
izquierdo, análogamente ocurre con las fibras del lado derecho, y por tanto al
estar separados, cada uno tiene una visión algo diferente de un objeto. En los
córtex visuales se comparan ambas
imágenes para evaluar la distancia del objeto. La combinación de las imágenes
de ambos ojos se llama visión binocular.
La deformación del cristalino es la causa de las enfermedades visuales más frecuentes:
MIOPÍA: es la incapacidad de
enfocar objetos lejanos porque el cristalino está demasiado abombado y no se
puede estirar para enfocar.
HIPERMETROPÍA:
incapacidad de enfocar objetos cercanos porque, al revés que en la miopía,
el
cristalino está demasiado estirado y no se puede abombar.
PRESBICIA, o vista cansada: pérdida de
agudeza visual. Impide ver objetos cercanos porque el cristalino se endurece y
tampoco se puede estirar.
ASTIGMATISMO: se ven deformadas las
líneas verticales porque el cristalino se abomba de forma desigual por su superficie.
CATARATAS: el cristalino se
hace opaco y no deja pasar la luz.
DALTONISMO: es la ceguera para
los colores; se confunden ciertos colores como el verde y el rojo. Es la única
enfermedad que no tiene que ver con el cristalino, sino con los conos.
6. OÍDO
Fisiología de la Audición - ¿Cómo escuchamos y logramos diferenciar un sonido de otro
Audición y Equilibrio
Aparato Vestibular y Equilibrio
Además de proporcionar el sentido
del oído, los oídos detectan la posición y el movimiento de la cabeza y son
esenciales para el equilibrio. Aunque los elementos del equilibrio y auditivos
se sitúan en zonas distintas, sus funciones se basan en células pilosas
receptoras.
El oído se divide en 3 partes:
a
) Oído
externo: formado por el pabellón
auditivo u oreja y el conducto auditivo recubierto de cilios y
glándulas secretoras de cera. En su extremo interno se encuentra una membrana
llamada TÍMPANO.
b) Oído
medio: está alojado en una cavidad de un hueso del cráneo, se comunica con la
faringe por un conducto, la trompa de Eustaquio, que es la responsable
de que oigamos nuestra voz desde dentro y no por los oídos.
Contiene una
cadena de huesecillos (martillo,
yunque y estribo) en contacto, por un lado, con el tímpano y, por otro, con una
membrana que lo separa del oído interno.
c) Oído
interno: Es un conjunto de conductos integrados por el caracol y los canales
semicirculares. Su interior está relleno de unos líquidos llamados
perilinfa y endolinfa.




¿Cómo oímos?.
Los oídos hacen de convertidores de
energía al transformar las diferencias de presión del aire en impulsos
nerviosos electromagnéticos. Las ondas sonoras que tienen una compleja variedad
de frecuencias hacen que el
tímpano vibre. Las vibraciones se transmiten por la cadena
de huesecillos y hacen que la plataforma del estribo actúe como un pistón,
empujando y tirando de la flexible ventana oval del caracol. Estos movimientos
crean dentro de la perilinfa o liquido del caracol ondas que transmiten su
energía de vibración al órgano de Corti, que está enroscado en espiral dentro
del caracol, aquí se encuentran las células sensibles a la vibración sonora
(los receptores). Los impulsos nerviosos generados llegan al cerebro por el
nervio auditivo.
Los
oídos humanos responden a frecuencias de sonido que varían entre unos 20 y más
de 16.000 Hz. Las ondas de presión que caen fuera de este intervalo
(infrasonidos y ultrasonidos son inaudibles). El intervalo de audición varía
individualmente y se reduce con la edad, especialmente en el tramo
final.
El proceso de
Equilibrio.
El equilibrio no es un sentido único
sino un proceso en el que intervienen entradas sensoriales, análisis en el
encéfalo y salidas motoras. Las entradas proceden de los ojos, de los
microrreceptores de músculos y tendones y de los sensores de presión de la
piel, como los de las plantas de los pies.
El vestíbulo y canales
semicirculares del oído interno también tienen un papel clave. El vestíbulo
responde sobre todo a la posición de la cabeza con respecto a la gravedad,
mientras que los canales responden a la velocidad y dirección de movimientos de
la cabeza. Los canales semicirculares son tres tubos llenos de endolinfa que se
mueve cuando nosotros nos movemos. Los receptores situados en los tubos envían
información de estos movimientos al cerebro. Unos se encargan de detectar
nuestra posición en el espacio cuando estamos quietos, es decir, si estamos de
pie, sentados o agachados, rectos o inclinados, boca arriba o boca abajo, pero
quietos. Es lo que llamamos el equilibrio
estático. Otros nos permiten desplazarnos por el espacio sin caernos,
andar o bailar, montar en bicicleta, correr o nadar. Forman el equilibrio dinámico, que se
encuentra en los canales semicirculares del
laberinto.
LA FUNCIÓN DE RELACIÓN III. LOS ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS
1 . Los receptores sensoriales y los órganos de los sentidos. Los receptores sensoriales son estructuras que contienen células especializadas en detectar determinados tipos de variaciones del medio ambiente, cuando estas variaciones superan un determinado valor (umbral) originan un impulso nervioso que se transmiten a través de las neuronas. Estos tipos de variaciones reciben el nombre de "estímulos". Los receptores sensoriales pueden estar dispersos por el cuerpo, como pasa con los receptores sensoriales de temperatura, o pueden estar agrupados constituyendo los denominados "órganos de los sentidos", como los que constituyen los ojos o el oído.
2 . Tipo de receptores sensoriales. Los receptores sensoriales se clasifican según el tipo de estímulo que captan en:
- Mecanorreceptores (captan efectos mecánicos), como los receptores del tacto de la piel (sentido del tacto), los del equilibrio del oído interno y los de la audición del caracol del oído (sentido del oído).
- Termorreceptores (captan temperaturas) como los termorreceptores de la piel.
- Quimiorreceptores (captan sustancias químicas) como las mucosas olfativas de la nariz(sentido del olfato) y las papilas gustativas de la lengua (sentido del gusto).
- Fotorreceptores (captan luz) como la retina del ojo (sentido de la vista).
3 . Los mecanorreceptores de sonidos o fonorreceptores. Son los responsables del sentido del oído, es decir de la captación de sonidos. Son los oídos. Las vibraciones del aire mueven el tímpano y se transmiten por la cadena de huesecillos hasta la membrana de la ventana oval que contacto con las cámaras y conductos del oído interno que están llenas de un líquido denominado endolinfa. De la primera cámara denominada utrículo salen tres canales semicirculares y de la segunda cámara denominada sáculo sale un largo conducto en forma de espiral denominado conducto coclear o cóclea o caracol. Todas estas cámaras ocupan unas cavidades del hueso temporal llenas de un líquido denominado perilinfa. Cuando hay un sonido se mueve la endolinfa que llena la cóclea y esto estimula los cilios de las células sensibles internas, las cuales comunican con el nervio acústico que informa al cerebro de como es este sonido.
4 . Los mecanorreceptores del equilibrio. Los responsables del sentido del equilibrio estático o del "cuerpo quieto" son las células sensibles que hay en el interior del utrículo y del sáculo. Actúan en respuesta a la variaciones de presión de la endolinfa interna. Los responsables del equilibrio dinámico o del "cuerpo en movimiento" son las células sensibles internas de los canales semicirculares que también están llenos de endolinfa.
5 . Los mecanorreceptores de la piel. Son los responsables del sentido del tacto, es decir de la captación de presiones sobre la piel. Son los corpúsculos de Meissner y los corpúsculos de Vater-Pacini, que están constituidos por terminaciones nerviosas y tejido conjuntivo.
6 . Los termoreceptors de la piel. Son los responsables de la detección de la temperatura de los cuerpos. Son los corpúsculos de Krause (sensibles a la salida de calor o sensación de enfriamiento) y los corpúsculos de Ruffini (sensibles a la entrada de calor o sensación de calentamiento), que también están constituidos por terminaciones nerviosas y tejido conjuntivo.
7 . Los quimiorreceptores de las fosas nasales. Son los responsables del sentido del olfato, es decir de la captación de las sustancias dispersas en el aire. Son las neuronas que hay intercaladas en la mucosa olfativa o pituitaria amarilla que hay en el techo de las fosas nasales.
8 . Los quimiorreceptores de la lengua. Son los responsables del sentido del gusto, es decir de la captación de las sustancias disueltas en los líquidos. Son las células sensibles que forman los botones gustativos que se encuentran en unas protuberancias de la lengua denominadas papilas gustativas.

9 . Fotorreceptores. Son los responsables del sentido de la vista, es decir de la captación de la luz. Son los ojos . La luz atraviesa la córnea, que es la parte anterior y transparente de la esclerótica (la parte blanca anterior del ojo), entra por la pupila y atraviesa el cristalino (lente que enfoca la imagen) y se proyecta sobre la retina, capa que posee células sensibles a la luz (los conos y los bastones) que pasan los estímulos recibidos al nervio óptico que va al cerebro. El lugar de la retina donde llega el nervio óptico se llama punto ciego porque no hay sensibilidad visual. Cerca de él hay una depresión denominada fóvea, rodeada de un anillo denominado mancha amarilla, dónde hay una gran concentración de conos y que, por lo tanto, es dónde hay más eficiencia visual.
10 . Enfermedades de los órganos de los sentidos. Las principales enfermedades son :
- Miopía. Defecto de la refracción ocular que sitúa las imágenes delante de la retina La principal causa es una medida anormal del globo ocular. Otras causas son anomalías de la córnea o del cristalino. La consecuencia es que la visión lejana es borrosa.
- Hipermetropia. Defecto de la refracción ocular que sitúa las imágenes detrás de la retina. La principal causa es una medida anormal del globo ocular. Otras causas son anomalías de la córnea o del cristalino. La consecuencia es que la visión próxima es borrosa.
- Astigmatismo. Defecto de la refracción ocular a causa de una alteración de la curvatura de la córnea. Provoca una visión distorsionada y borrosa que varía según se trate de líneas verticales, horizontales o inclinadas.
- Cataratas. Es una opacidad total o parcial del cristalino.
- Presbicia o vista cansada. Incapacidad progresiva del ojo para enfocar los objetos próximos que generalmente se manifiesta a partir de los 40 años.
- Conjuntivitis. Inflamación de la conjuntiva ocular debido a una infección, reacción alérgica o herida. La conjuntiva es una capa mucosa, transparente, húmeda y con muchos vasos que recubre la parte interior de los párpados y la parte anterior del globo ocular menos la córnea.
- Ceguera. Incapacidad para ver.
- Otitis. Inflamación de la región timpánica debido a una infección.
- Otosclerosis. Osificación de la membrana oval que es la membrana que recibe las vibraciones del estribo. Normalmente provoca sordera.
- Sordera. Incapacidad para percibir los sonidos.
BANCO DE PREGUNTAS BIO. 8º P (III) 2019
